De lo contrario, el Brixton es un compañero agradable gracias a su maniobrabilidad sin ningún altibajos especial. Eso plantea una pregunta: ¿quién debería comprar esto, para quién es adecuado el Brixton Crossfire 500? Claro: Para los individualistas que pueden calentarse para un Royal Enfield, por ejemplo, pero no quieren una bicicleta retro. Aquellos que buscan a estos compañeros agradables y si quieren ir de vacaciones solos.
El posible grupo más fuerte de compradores aprovechará la mayor ventaja de Brixton: no todo el mundo lo tiene. Y esta exclusividad no tiene que ser pagada caro en euros o con posibles defectos.
La bicicleta de prueba nos fue proporcionada por el 2 Radhaus Stadie en Pinneberg cerca de Hamburgo.